dilluns, de març 20, 2006

Unidad de cuidados travestidos


Unidad de cuidados travestidos
Llevaba bastante tiempo taladrando a Albert para que se decidiera de una vez por todas a conducir la ambulancia, la noche del sábado al domingo fué el dia escogido, por fin Albert salió a hacer su primera guardia, supervisado por un servidor como conductor adjunto, lo que yo no sabía cuando aceptaba el reto era que esta guardia pasaría a nuestra memoria gracias a unos hechos sufridos en primera persona, que ahora mismo relataré y no me refiero al estilo de conducción de mi compañero de aventuras precisamente.
Todo comenzó a las 20 horas, primer plato del día: un marrón, hay que ir a una población del extrarradio de Barcelona por que se celebra un acto social y se precisa una ambulancia “para lo que pueda pasar”.
Llegamos con el tiempo justo y un tanto rebotados, sin cenar, sin conocer a nadie y con la exigencia de llegar antes de las 21:30. Nos ponen en situación: es una cena de una organización benéfica con unos 600 comensales. Cenamos gambas repetimos hasta saciarnos, comemos todo lo que queremos y más, acostumbrados como estamos a que nos traten a patadas y a que nos alimenten con una dieta a base de bocadillos, encontrarnos con un ambiente cordial, una cena insuperable y un trato mas que correcto, nos hace desorientarnos, no realizamos ninguna actuación, disfrutamos de la cena, de la rifa y del baile. Nos despedimos con la promesa de volver el año que viene a toda costa.
Volvemos a Barcelona y empezamos a tantear las entradas de los Hospitales de la ciudad, rutas de evacuación, rutas de acceso a servicios de urgencias etc... Estamos parados en un semáforo, a nuestro lado hay una pareja dentro de un volkswagen con pinta de estar recién salidos de un local de la zona alta de la ciudad, nos hacen señas me preguntan dónde hay una farmacia de guardia, yo les digo que ni idea pero que si llaman a la guardia Urbana quizás esa información la pueden conseguir (en los pueblos pequeños la policía local lo sabe, supongo que la guardia urbana también puede facilitar esa información) Ellos hablan entre ellos y oigo desde la ambulancia que el medicamento que necesita ella es el Salbutamol en inhalador. Lo oigo y les digo que nosotros llevamos en la ambulancia que si se paran delante de la ambulancia los subimos y les podemos facilitar la medicación, somos buena gente nosotros y encima humanitarios por principio fundamental. Así que el pijo mete su volkswagen delante, Albert aparca la ambulancia detrás con los “warnings” y caemos en la cuenta que son las 4 i media de la madrugada, hora en que los borrachos vuelven a casa, por lo que ponemos la ambulancia con los pirulos detrás con el fin de hacernos ver aún más. Y ahora viene lo alucinante: de pronto vemos como un coche que circula normalmente frena en seco se abre la puerta y sale una mujer pegando gritos de auxilio detrás va un tío que empieza a pegarla, los gritos son un tanto graves, nosotros avisamos rápidamente a la policía. El tío parece portar una arma nos encerramos dentro de la ambulancia junto con la pareja de pijos que están blancos del susto, en eso que la victima logra deshacerse de su agresor y viene corriendo en busca de nuestro auxilio, la meto dentro de la ambulancia y seguimos encerrados, confirmo que la mujer es un travestido que me saca un palmo de estatura, esta histérica o histérico victima de un ataque de pánico. Grito a mi compañero que vigile por si el maromo vuelve para salir cagando leches de allí, Mi compañero esta atento a los espejos totalmente en tensión con la primera marcha puesta y las ruedas totalmente cruzadas, mientras yo intento calmar al travelo, los pijos estan en un rincón del compartimento asistencial sin decir ni pío, y a mi los esfínteres se me van contrayendo más y más cada vez que oigo la posibilidad de que el maromo vaya armado con una pistola. La policía se presenta en tres minutos que a mi se me hacen eternos. Salimos fuera, del energúmeno no hay ni rastro, el travestido sigue en estado de ansiedad y el coche en mitad de la avenida con las puertas abiertas de par en par, sobrevivimos. Atendemos al travelo de sus heridas, controlamos sus signos vitales y le doy un ansiolítico, nos despedimos de los pijos y trasladamos al travestido con el consentimiento de nuestro coordinador. Acabamos lo que nos queda de guardia entre recados y paseos arriba y abajo al final cuando plegamos a las diez de la mañana no puedo dejar de pensar que el servicio ha sido de lo más friqui que me ha pasado en mi vida.

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dimecres, de març 01, 2006

La vida es bella.

Este sábado nos disfrazamos en Urgencias. Imagínate, te atropellan te llevan en ambulancia, ya vas medio grogui, y cuando ingresas te encuentras a un enfermero con barba de dos días y peluca de rubia diciéndote “Te duele algo cariño” con voz de transexual que aún no se ha operado la garganta por que no le llegaba la pasta para más (ése, la rubia, era yo)
Por la tarde Fui a conducir mi querida ambulancia a la que le he dedicado 2 post y una foto anteriormente, en la Rua de Carnaval que se hacia en mi ciudad. El preventivo tenia una envergadura considerable, nos citaron a todos 2 horas antes del evento para estar todo el mundo ubicado una hora antes, teníamos un plano dónde se detallaba cada unidad dónde iba a estar, tanto de nuestras unidades como las del Sistema de Emergencias medicas de la ciudad, “en teoría” se actuaba coordinadamente con el servicio de emergencias medicas, digo en teoría por que a la práctica los del Servicio de Emergencias Medicas llegaron un poco justos, aunque nosotros llegamos una hora antes que ellos para ser honestos. Cuando llegaron y vi que aparcaban a nuestro lado fui a hablar con el directivo del 061 que tenía toda la intención de quedarse en nuestra ubicación con su vehiculo 4x4 incluido ya que al otro lado ya habían acordonado y no podían pasar. Me dirigí a él i sin ningún tipo de mal rollo le dije “hola, me parece que la ubicación del Sistema de Emergencias medicas es al otro lado de la plaza, aquí estamos nosotros” acto seguido y sacando la mejor de su mala leche el directivo de marras me contestó con un lacónico “no aquí vamos nosotros” en ese preciso instante me imaginé como seria su rostro si una vorágine de victimas de errores médicos de la seguridad social descargaban toda su ira sobre él, lo sodomizaban con una bombona de oxígeno con el caudalimetro abierto, mientras miraba como su puta ambulancia se consumía en la hoguera prendida por el populacho. Contení mi ira, conté hasta 100 y le dije “muy bien” es la respuesta que él esperaba de mi, por que al fin y al cabo yo para él en aquél momento era un mongo de aquellos que hace un trabajo sin cobrar. No volvimos a cruzar ninguna palabra ni con él ni con ninguno de sus subalternos. Debo decir a estas alturas que no es que haya un pique interinstitucional, mucha de la gente que conozco que llevan su mismo uniforme son muy buena gente, alguno es gran amigo mío. Pero hay que decir que para ellos si dios fuera en ambulancia iría en una con medio puente de rotativos amarillo auto y el otro medio azul… Al final me limité a transmitirlo por radio a la central de coordinación.
En fin la mala leche me duró poco por que a pesar de su indumentaria de alta visibilidad, la gente sigue acudiendo a nosotros (por tradición supongo y por la propaganda gratuita que hacen las farmacias de nuestro emblema.), nos avisan, acudimos y nos encontramos a un abuela que rozaba los 100 años, decidí acercar la ambulancia mientras nuestra enfermera diplomada hacia las primeras valoraciones. Después de una maniobra imposible entre pivotes llegué al lugar saco la camilla la metemos en la ambulancia y aconsejo a la enfermera medirle la glicemia capilar, Bingo esta por los suelos a 30 mg/dL convenimos con mi compañera administrarle un glucosmón y colgar un suero glucosado, ella se deja aconsejar por mi ya que es su segunda o tercera guardia en la cruz, escribimos el informe entre los dos y salimos echando chispas al hospital.
De traslado solo comentaré que plegué un retrovisor en una calle de un sentido que no pienso identificar y que al llegar al Hospital mis compañeros me dijeron que el viaje había sido como estar dentro de una partida de los marcianitos.

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